miércoles, 3 de marzo de 2010

ACERCA DEL TECNICO DE BOCA


Tras la salida de Alfio Basile, la Comisión Directiva de Boca decidió darle a Abel Álves el mando de esta fabulosa embarcación que es Boca.

Álves es quien, desde hace muchos años, maneja las inferiores de Boca pero que, en primera división, está dando sus primeros pasos.
Cuando se hizo cargo del puesto de entrenador, sus dos premisas más importantes fueron duras y claras: "Ninguno tiene el puesto asegurado" y "Jugará el que mejor esté". Como medida para ordenar un poco toda la desprolijidad que reina en el club, no es una mala idea. Sin embargo, llevarla a cabo a rajatabla, puede tener sus complicaciones.

Cuando alguien dice "Nadie tiene el puesto asegurado", es una buena frase para lograr que el jugador se motive, se esfuerce y se tome más en serio sus responsabilidades como así también, es una buena forma de ir despachando jugadores que, o bien no sirven para vestir la camiseta de Boca o bien ya están grandes, lo cual para el caso, es practicamente lo mismo.
Sin embargo, cuando esto es llevado a la práctica y un jugador es reemplazado ante la menor falla, ¿qué puede pasar por la cabeza de ese jugador cuando es vuelto a convocar? o peor aún, ¿qué se cruza por la mente de aquél que lo reemplaza?. No está mal sacar a un jugador si no convence a un técnico en la posición que lo coloca pero, el jugador debe sumar una serie de fallas y no ser reemplazado ante el mínimo error.

Por ejemplo, el caso del "Pato" Abbondanzieri. Desde que volvió a Boca, hubo una enorme campaña (comprada por muchos hinchas) en contra del 1. Que se comió este gol, que se comió este otro, que el tiro libre de Gallardo (como si el 10 de River fuera un desastre pateando), que no llega a ninguna, que está lento, etc. Después de meses de intentarlo, lo lograron: el arquero ya no es parte del plantel. Ahora, la pregunta es: sacarlo a Abbondanzieri y reemplazarlo por Javier García, ¿qué seguridad le da a Boca de terminar con el arco en 0? Ninguna.

Pero ojo, nadie acusa al jóven arquero de ser malo o no tener condiciones para estar al frente de la valla Xeneize. Lo que aquí se debe analizar es, si Abbondanzieri hubiese tenido delante una defensa con menos dudas o con más solidez, ¿habría tenido que dejar el arco de Boca?. Porque, por otro lado, también se debe pensar que una defensa como la que Boca presenta hace más de un año, no le da seguridad a ningún arquero. Ni siquiera a Javier García , quien recordemos que en el verano Estudiantes le convirtió cuatro. Y en el caso de este chico, la decisión del técnico junto a esta defensa, hasta podría arruinarle su precoz carrera por impaciencias justificadas del público. Sin embargo, como bien demostró hasta ahora, el pibe tiene condiciones para jugar en la primera de Boca. Pero el "Pato", también las tiene. No olvidar el partido ante Newell's donde el 1 sacó más de tres goles claros.

Por otro lado, el otro reemplazado fue el "Negro" Ibarra. Es cierto, el formoseño hace meses que tiene un muy bajo nivel. Según el técnico, su reemplazante natural fue Santiago Villafañe. El pibe, de actuaciones irregulares, había hecho un debut correcto y, en un mal primer tiempo ante Godoy Cruz, el D.T. no dudó en sacarlo para el complemento y ¿lo prendió fuego? Lo mejor hubiese sido darle continuidad y, sobre todo, confianza. Porque no debemos olvidarnos que está dando sus primeros pasos y debe reemplazar, nada más ni nada menos que, al mejor lateral derecho de la historia de Boca (según Riquelme).
Como no estuvo conforme con su actuación, lo relegó a Medel a esa posición y el equipo, sin el chileno en el medio, pierde presencia en esa zona. Medel, quien ya ha demostrado mucho cariño por la camiseta de Boca, nunca objetó jugar de volante por derecha, de mediocampista central o de lateral derecho. Seguramente, si hace fata y a este técnico se le ocurre, no dudará en jugar de arquero.
La cuestión es que, en la intimidad de los pensamientos de Santiago Villafañe, más de una vez debe pensar lo peor.

En otro caso puntual, el técnico Abel Álves decidió (a 30 segundos del final ante Godoy Cruz), sacar a Monzón por Muñoz. Todavía no se entiende el carácter de este cambio; como tampoco se entiende (por más fatigado que hubiese estado), que Martín Palermo saliera a sólo 10 minutos del final ante Atlético Tucumán en cancha de Boca cuando todos sabemos que, con la simple presencia del goleador, hay peligro de gol.
Otra decisión difícil de comprender para el hincha de Boca, es la inclusión de Paletta entre los concentrados ante Estudiantes. Quizá, el técnico no estuvo del todo disconforme con la actuación del central ante Newell's y cree que es la mejor opción en defensa como reemplazo. Todos sufrimos el desenlace de esta decisión ante el equipo de Sabella. El zaguero hace meses que no está en un buen nivel ni hay indicios de que vuelva a estarlo pero, por momentos, da la sensación que no tiene capacidad para jugar en primera. No en la de Boca, sino en la de cualquier equipo.

Además de estas decisiones (erradas o no, el tiempo lo dirá), Álves hace algunas declaraciones que, en el medio de esta tormenta y con e mareo que sufren los hinchas de Boca, a veces pasan inadvertidas. Como por ejemplo, decir que contra Vélez y Estudiantes fueron buenos los resultados teniendo en cuenta que son los mejores planteles de la Argentina o ir con mucha precaución a jugarle a Godoy Cruz en Mendoza. Nadie duda de los planteles del pincha o del fortín, pero el técnico debe asumir que, en ninguno de los dos encuentros, supo cerrar el resultado. Y, con respecto a los mendocinos, con el mayor de los respetos hacia ellos: que el técnico no se olvide que esto es Boca. Y Boca, no puede temerle a nadie, y mucho menos a Godoy Cruz de Mendoza. ¡Mentalidad ganadora Álves, por favor!

Boca está a la deriva y su técnico no encuentra la brújula o no sabe usarla. Pero, como dijo sutilmente Riquelme la semana pasada, es muy difícil con técnico nuevo armar un equipo en medio de un torneo. Le faltó agregar: "Sobre todo porque a excepción de Palermo y yo, ninguno juega con la tranquilidad de que el próximo encuentro seremos titulares".

El próximo sábado ante Racing en la Bombonera, Boca no deberá titubear. Es ahí o nunca. No sólo para sumar en la tabla sino también para un técnico que, en las últimas dos semanas, él solo puso en dudas su capacidad ante la gente para capitanear este Titanic.